La cartera recomendó en una nota "una dosis de refuerzo para todos los individuos inmunodeprimidos mayores de 18 años que ya hayan recibido tres dosis con anterioridad (...) a partir de los cuatro meses" de la última.
La medida concierne particularmente a personas con inmunodeficiencias graves, como portadores del VIH o pacientes con cáncer sometidos a quimioterapia.
El ministerio también informó que prevé reducir de cinco a cuatro meses el intervalo entre la segunda y la tercera dosis para la población en general.
El gobierno anunció igualmente este lunes la donación de 10 millones de dosis de vacunas a países vulnerables, a través del sistema Covax de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El ministerio aseguró que esta donación "no comprometerá el plan de vacunación" de la población en el país.
La vacunación en Brasil se ha acelerado en los últimos meses y, hasta el momento, más de dos tercios de la población ya ha recibido al menos dos dosis de los inmunizantes.
Pero la campaña de inmunización tuvo un comienzo tardío y caótico, en medio de los ataques a las vacunas por parte del presidente de ultraderecha, Jair Bolsonaro.
El mandatario, que se niega a vacunarse, ha criticado en los últimos días la decisión del regulador sanitario, Anvisa, de autorizar la vacunación de niños de 5 a 11 años.
Durante su presentación semanal transmitida en vivo por Facebook, Bolsonaro solicitó la publicación de los nombres de los miembros de Anvisa responsables de la autorización.
Una asociación que representa a los empleados de Anvisa denunció los "métodos fascistas" de Bolsonaro. El regulador pidió a la Policía Federal (PF) protección para su personal luego de haber "recibido amenazas de violencia".
Medios brasileños informaron que la PF inició el miércoles una investigación ante nuevas amenazas de muerte contra miembros de Anvisa, antes de que esas intimidaciones se multiplicaran tras la aprobación de vacunas anticovid en niños.
Según CNN Brasil, solo una de las cinco directorias recibió más de 130 amenazas desde el viernes último.
El covid-19 ha causado más de 617.000 muertes en Brasil, el segundo país más enlutado del mundo en números absolutos después de Estados Unidos.